Americanah de Chimamanda Ngozi Adichie

Lagos, mediados de los noventa. En el marco de una dictadura militar y en una Nigeria que ofrece poco o ningún futuro, Ifemelu y Obinze, dos adolescentes atípicos, se enamoran apasionadamente. Como gran parte de su generación, saben que antes o después tendrán que dejar el país.

Obinze siempre ha soñado con vivir en Estados Unidos, pero es Ifemelu quien consigue el visado para vivir con su tía en Brooklyn y estudiar en la universidad. Mientras Obinze lucha contra la burocracia para reunirse con Ifemelu, ella se encuentra en una América donde nada es como se imaginaba, comenzando por la importancia del color de su piel. Todas sus experiencias, desgracias y aventuras conducen a una única pregunta: ¿acabará convirtiéndose en una «americanah»?

Esta novela podría ser una historia de amor, solo una historia de amor, pero es mucho más. Deslumbra. No se reduce a la narración de una experiencia, también hay mucha sensualidad, fineza y gracia en cómo está escrito. Tal como indica Elvira Lindo en el prólogo del libro:

La historia de Ifemelu y Obinze justifica la existencia de la ficción en nuestras vidas. Esta novela cambia la percepción que el lector tiene de las cosas, porque nos obliga a aceptar que la amplitud y complejidad del mundo no puede ser simplificada ni reducida a una sola versión. Pone uno en duda sus principios, y es esa una experiencia lectora que ensancha el espíritu.