A lo lejos de Hernán Díaz

“A lo lejos” es una novela que revienta los clichés del western para contar una historia sobre la soledad, sobre el desierto -no sólo como espacio físico, sino también mental y moral-, sobre la violencia que el hombre ejerce sobre el hombre y sobre la naturaleza. Una novela que, a su autor, le costó seis años escribir y muchos otros publicar. Después del rechazo de multitud de editoriales, un sello independiente apostó por ella, la publicó con el título “In the distance” y en 2018 se convirtió en finalista del Premio Pulitzer en la categoría de ficción.

“A lo lejos” narra la historia de Håkan Södertström, quien en 1850, siendo poco más que un niño, emprende un viaje con su hermano Linus rumbo a Nueva York. Håkan es pobre, no sabe leer, ni escribir, ni habla inglés. No sabe nada del mundo. Su vida hasta el momento ha transcurrido en una granja perdida en mitad de la nada. Håkan se pierde en un puerto inglés, toma el barco equivocado y termina en San Francisco. Sin tener ninguna noción de dónde está, emprende un viaje a pie en el que cruzará Estados Unidos para reunirse con su hermano. Es el momento de las grandes migraciones hacia el oeste, y él irá a contrapelo, en dirección contraria, hacia el este. En ese viaje, Håkan se convertirá en un adulto, en un hombre inmensamente solo y en una leyenda con el nombre de ‘el Halcón’.

“A lo lejos” es un libro de aventuras y una historia de iniciación, pero es, fundamentalmente, una novela sobre la épica de la soledad. Aunque el protagonista se vaya topando durante su largo viaje con diferentes personajes estrafalarios que representan lo mejor y lo peor del ser humano, cuenta Hernán Díaz que le interesaba hablar de la soledad “de manera radical“. Su protagonista estará solo gran parte de su vida:

está desvinculado de la sociedad, está extraviado en el espacio, en el tiempo, no sabe qué año es, qué edad tiene, es un personaje que ha soltado amarras con toda presencia social, no hay ninguna institución a lo largo del libro excepto cuando lo arresta un sheriff corrupto y, cuando aparecen el Estado y la religión, le aplastan; su soledad es absoluta, lo único humano que conserva es casi su propia anatomía“.

Uno de los mayores logros de Díaz en esta novela es la de convertir la ausencia de acción (aunque la encontremos en algunos pasajes especialmente violentos) en algo interesante. Muchos de los días de la vida de Håkan en el desierto están marcados solo por la búsqueda de agua y alimentos o por la simple observación de la naturaleza. Poco más. “Una de las preguntas motoras de la narración fue“, explica el autor, “cómo narrar la nada y cómo generar una nada voluptuosa e interesante, con cierta densidad“.