Lobo Rojo y Caperucita Feroz de Elsa Bornemann
Lobo Rojo y Caperucita Feroz nos transporta a un universo paralelo del clásico y famosísimo cuento de Caperucita Roja y el Lobo Feroz que, como su nombre lo indica, invierte los papeles de los personajes en la historia.
En este cuento de menos de 50 páginas, Caperucita es presentada como una villana que atenta con la tranquilidad del bosque Zarzabalanda, un lugar precioso en el que todas las criaturas viven en armonía y en paz, a excepción de los lobitos, ya que éstos son la presa de esta feroz niña de siete años, que tiene perfectas trenzas doradas y una caperuza que tanto la distingue.
Desde una perspectiva adulta se pueden percibir detalles tenebrosos, como el hecho de que una niña tan pequeña tenga los dientes afilados y listos para desgarrar la carne, o que Caperucita desee con tanto fervor la piel de los lobos para confeccionarse nuevas caperuzas para el invierno, siendo la del Lobo Rojo la más codiciada.
Finalmente, como cualquier cuento infantil, el libro tiene un final feliz y el Lobo Rojo, apoyado por toda la manada, destierra por siempre a Caperucita del bosque Zarzabalanda y la paz de todas las criaturas vuelve a sus vidas.
Este es un retelling que le puede enseñar a los más pequeños que el malo también puede ser un ser humano y que, por su ambición y deseos innecesarios, puede llegar a lastimar a los animales y a los seres vivos en general, cuando éstos tienen el mismo derecho de coexistir en armonía en su entorno natural.
Las ilustraciones son bellísimas y complementan la historia de tal manera que cautivará a chicos y grandes (no por nada forma parte de mi biblioteca y mi colección de libros ilustrados).